domingo, 9 de septiembre de 2018

OÍDO, NARIZ Y GARGANTA

La exploración de los oídos, la nariz y la garganta aporta información
sobre su integridad y funcionamiento, así como sobre los
aparatos respiratorio y digestivo, al estar relacionados. Los sentidos
del olfato, del oído, del equilibrio y del gusto se asocian, asimismo, a
los oídos, a la nariz y a la boca.

ANATOMÍA 
OÍDO
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NARÍZ

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GARGANTA

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EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS

Equipo
• Otoscopio con sujeción neumática
• Espéculo nasal
• Depresores linguales
• Diapasón (frecuencias vocales aproximadas entre 512 y 1.024 Hz)
• Gasas
• Guantes
• Linterna, transiluminador de senos o luz del otoscopio

⇨ Oídos y audición

Oído externo
Inspeccione el tamaño, la forma, la simetría, los puntos de referencia
anatómica, el color y la posición en la cabeza de las orejas. Explore
las superficies lateral y medial y el tejido circundante, y tome nota del
color y de la presencia de lesiones deformidades o nódulos. La oreja
debe presentar el mismo color que la piel de la cara, sin manchas,
quistes, lesiones, deformidades o nódulos. En el área preauricular no
debe haber excrecencias, discontinuidades o secreciones. El tubérculo
de Darwin, un engrosamiento que aparece a lo largo del borde
superior del hélix, es una variante previsible. Pólipos fibroepiteliales
preauriculares y fositas preauriculares, delante de la oreja en el lugar
donde se origina la parte superior del pabellón auricular, son otras
variantes esperadas

Evaluación de la audición
El par craneal VIII es el que se evalúa para determinar el nivel de audición.
El cribado de la función auditiva comienza cuando el paciente
responde a sus preguntas e indicaciones. Anote cualquier dato, como,
por ejemplo, el gesto de poner una mano detrás de la oreja cuando el
paciente escucha o cuando inclina la cabeza al hacerlo. El sujeto debe
responder sin requerir que se le repitan excesivamente las frases que
ha de pronunciar. Si habla con tono monótono y volumen errático es
posible que padezca pérdida auditiva.

⇒ Nariz, nasofaringe y senos

Nariz externa
Inspeccione posible desviaciones de forma, tamaño y color de la nariz.
Observe los orificios nasales para detectar secreción, ensanchamientos
o estrechamientos. La piel debe estar lisa, sin inflamaciones, y ser
acorde al color del resto de la cara. La columela ha de situarse exactamente
en la línea media y su anchura no debe exceder el diámetro
de uno de los orificios nasales. Estos suelen ser de forma oval y tener
una posición simétrica. Una depresión del puente de la nariz o una
deformidad nasal en silla de montar pueden ser consecuencia de
una fractura del hueso nasal o de una inflamación previa del cartílago
de la nariz. El ensanchamiento nasal se asocia a dificultad respiratoria,
mientras que el estrechamiento de los orificios nasales en la inspiración
en ocasiones es indicativo de obstrucción nasal crónica y respiración
por la boca. Una arruga transversal en la unión entre el cartílago y el
hueso de la nariz a veces es sugestiva de prurito nasal crónico y alergias.
Cuando hay secreción, se ha de describir su carácter (p. ej., acuosa,
mucoide, purulenta, con costras o sanguinolenta), su volumen y color,
y si es unilateral o bilateral. Entre las potenciales alteraciones asociadas
a las características de la secreción nasal se cuentan las siguientes:
• Alergia: secreción acuosa bilateral, y estornudos y congestión nasal
asociados
• Epistaxis o traumatismo: secreción sanguinolenta
• Rinitis o infección de las vías respiratorias altas: secreción bilateral
mucoide o purulenta
• Cuerpo extraño: secreción unilateral, purulenta, densa, verdosa y
con mal olor
• Fuga de líquido cefalorraquídeo: secreción acuosa unilateral después
de un traumatismo craneal
Palpe el puente y los tejidos blandos de la nariz. Observe cualquier
posible desplazamiento de hueso y cartílago, y detecte sensibilidad
dolorosa o masas.
Evalúe la permeabilidad de los orificios nasales.

Cavidad nasal
Utilice un espéculo nasal y una fuente de luz adecuada para
inspeccionar la cavidad nasal. Sostenga el espéculo con la palma de
una mano. Utilice la otra para modificar la posición de la cabeza del
paciente. Introduzca el espéculo lentamente y con precaución.

Senos
Inspeccione las áreas de los senos frontales y maxilares para detectar
una posible inflamación de los mismos. Para palpar los senos frontales
utilice los pulgares, presionando sobre la ceja ósea a ambos lados de la
nariz. A continuación, presione sobre las apófisis cigomáticas, y emplee
los pulgares o los dedos medio e índice de cada mano para palpar
los senos maxilares.

⇒ Boca y orofaringe

Labios
Efectúe la inspección y la palpación de los labios mientras el paciente
permanece con la boca cerrada para valorar la simetría, el color, y las
anomalías superficiales y edema posibles. El color de los labios debe
ser rosado en individuos de raza blanca y más azulados en individuos
de piel oscura. Ha de encontrarse simetría labial, tanto en reposo como
en movimiento. No debe haber lesiones que interrumpan la distinción
entre el borde libre de los labios y la piel de la cara. La superficie de
la piel labial debe ser lisa y no presentar lesiones.

Mucosa oral, dientes y encías
Pida al paciente que apriete los dientes y sonría, de manera que usted
pueda valorar la oclusión dental. Con esta maniobra también se valora
el nervio facial (par craneal VII). La oclusión dental es adecuada
cuando los molares superiores encajan en los surcos de los molares
inferiores, y los premolares y caninos coinciden plenamente.

Orofaringe
Realice la inspección de la orofaringe utilizando un depresor lingual
para bajar la lengua. Observe los pilares amigdalinos, tome nota del tamaño
de las amígdalas, si existen, así como de la integridad de la pared retrofaríngea.
Las amígdalas, generalmente del mismo color rosado que
la faringe, deben encajar dentro de los pilares amigdalinos. Igualmente,
pueden presentar criptas, donde se depositan detritos celulares y
partículas alimentarias. Si están enrojecidas, hipertrofiadas y cubiertas
de exudado, es posible que exista una infección




ANOMALÍAS 

OÍDO
Otitis media con derrame y aguda
Inflamación del oído medio que da lugar a la acumulación de un líquido seroso, mucoso o purulento (derrame) cuando la membrana timpánica está intacta

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Otitis externa
Inflamación del conducto auditivo y de la superficie externa de la membrana timpánica

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Colesteatoma
Tejido epitelial atrapado por detrás de la membrana timpánica que, a menudo, es el resultado de una otitis media recurrente o no tratada
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PÉRDIDA AUDITIVA
Pérdida de audición conductiva
Transmisión reducida del sonido hacia el oído medio

Pérdida auditiva neurosensorial

Descenso de la transmisión del sonido en el oído interno

Enfermedad de Ménière (hidropesía endolinfático)

Trastorno de pérdida auditiva progresiva que, en algunos casos, es hereditario

SENOS

Sinusitis

Infección bacteriana de uno o más senos paranasales
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BOCA Y OROFARINGE

Faringitis aguda
Infección de las amígdalas o de la faringe posterior por microorganismos
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Absceso periamigdalino
Infección profunda en el espacio entre el paladar blando y la amígdala
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Absceso retrofaríngeo
Infección que supone una amenaza para la vida y que se localiza en el espacio faríngeo lateral, con riesgo de oclusión de las vías respiratorias; más frecuente
en niños

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Cáncer oral
Cáncer que afecta a la cavidad oral o a estructuras relacionadas

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Enfermedad periodontal
Infección crónica de encías, huesos y otros tejidos que rodean y sostienen el diente

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Labio leporino y paladar hendido
Esta frecuente malformación craneofacial congénita es el resultado de la falta de fusión del labio o del paladar durante el desarrollo, antes de la semana 12 de
la gestación



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Seidel Manual (2010), octava edición.

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